Desde Asia, nos llega esta nueva técnica que causa furor en todo el mundo. Los músculos maseteros que intervienen en la masticación, pueden desarrollarse excesivamente, dando origen a la forma cuadrada o poco estilizada de la mandíbula.
Con pequeñas infiltraciones de toxina botulínica, en una sola sesión, conseguimos que pierdan la tensión, otorgando al rostro un aspecto más afilado y favorecedor